Portal Semanario
Año 13. No. 668. del 14 al 20 de octubre 2018
Premio de Comunicación Alternativa

 

Con la renegociación del Tratado de Libre Comercio con EU y Canadá

SE PROFUNDIZÓ EL NEOCOLONIALISMO EN MÉXICO

*A pesar de la Participación de Negociadores del Próximo Gobierno.

*Acordaron un Neoproteccionismo para E.U. y la Desprotección para los Mexicanos.

*Hubo Negociadores del Equipo de López Obrador, pero no Ayudaron al País.

*AMLO declaró que le interesaba mucho la firma de esa renegociación.

*Era muy difícil no negociar este tratado... pero es peor esta versión que la primera.

Participación de la Doctora Josefina Morales,

Investigadora del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM,

miembro de la Sociedad Latinoamericana de Economía Política (SEPLA).

Programa del sábado 13 de octubre de 2018

Publicación Original del Portal www.frecuencialaboral.com

El 9 de octubre de 2018 se publicó en la Gaceta parlamentaria del Senado de la República un informe de la Secretaría de Economía a la Cámara de Senadores sobre las Negociaciones para la Modernización del TLCAN, en donde le dedican 4 líneas al asunto laboral, en la página 10, en donde se puede leer claramente que acordaron no derogación de las reformas laborales, pese a que han esclavizado a la mano de obra en el país. La doctora Josefina Morales analizó los pormenores:

 

El nuevo acuerdo de libre comercio entre Estados Unidos, Canadá y México, llámese como se llame en español, profundizó el neocolonialismo imperialista estadounidenses sobre nuestro país.

Para entender la renegociación del TLCAN hay que tener presente el saldo de los 24 años pasados del tratado en nuestro país, que en términos sintéticos he señalado en otras ocasiones que fue la consolidación de un capitalismo neocolonial, monopolista y financiero, en el cual México perdió soberanía alimentaria, financiera y energética en medio de la profundización de un crecimiento mediocre, menos del 1% del PIB per cápita por año, en medio de un comportamiento profundamente desigual (sectorial, regional y socialmente) con crisis recurrentes y gran concentración del ingreso.

El tratado no sólo fue un tratado de libre circulación de mercancías, lo fue también de libre circulación de capital, mas no del trabajo. Sobre todo del capital financiero especulativo y de la inversión extranjera directa que llevó en lo que va de este siglo a un proceso que fue de la privatización de la empresa pública y la trasnacionalización del gran capital mexicano a un proceso de desnacionalización. Y en esta nueva versión, como en la anterior, el acuerdo no incluye el tema migratorio.

El TLCAN fue anexando acuerdos de seguridad nacional (para Estados Unidos) que con la Iniciativa Mérida y la guerra contra el narcotráfico sumieron al país en un tragedia de grandes dimensiones: 250 000 asesinatos, 35 000 desaparecidos (varios miles de desaparición forzada), y más de medio millón de desplazados. Y una política migratoria entrecruzada con aspectos de seguridad nacional en la frontera sur, que nos convirtió en lacayos de la política antimigratoria de los Estados Unidos. Con lo cual también registramos una pérdida de soberanía nacional. Todo en aras de la seguridad y del mercado de América del Norte.

El TLCAN que redefinió la estructura económica, productiva nacional, profundizando la dependencia del imperialismo estadounidense y desarticulando las cadenas productivas nacionales, la producción del mercado interno, se volvió prácticamente la política económica de los gobierno neoliberales. Por ello, si bien era necesaria lograr su renegociación, lo más importante es impulsar una política de desarrollo económico nacional.

Bajo la administración neofascista de Donald Trump se reproduce la dominación neocolonial con nuevas características que se sintetizan en el discurso racista contra los mexicanos, contra los migrantes, la pérdida de negociación internacional tradicional con su sustitución por el proteccionismo y la guerra comercial contra el mundo, particularmente contra China.

El resultado de la renegociación

A lo largo de un año y en medio de un clima reiteradamente hostil contra el TLCAN, Donald Trump, cara del imperialismo del siglo XXI, impuso el unilateralismo del imperio decretando impuestos generalizados, so pretexto de la seguridad nacional de Estados Unidos, a la importación de acero y aluminio y en los últimos meses llevando a cabo una guerra comercial contra China.

La renegociación fue, en gran medida, realizada en lo oscurito, a espaldas de la opinión pública y, fundamentalmente, sin la participación de los trabajadores.

En la renegociación con México se adelantaron negociaciones sectoriales, caso del azúcar, y profundizó su estrategia de negociación bilateral adelantando el acuerdo con México para presionar a Canadá en el duro debate sobre el sector de lácteos y las disputas del ámbito sobre la resolución de controversias.

De los cinco puntos neurálgicos en la negociación de los últimos meses, la muerte súbita del tratado cada cinco años, propuesta por Estados Unidos, quedó en una revisión parcial cada seis años y total a los 16 años.

La pretensión de condicionar temporalmente la exportación agrícola mexicana fue negociada con un acuerdo para aumentar las importaciones mexicanas. La pérdida de soberanía alimentaria se agrava.

La álgida renegociación en el sector automotriz para aumentar el contenido estadounidense se autoparte fue un triunfo para Donald Trump, si bien el acuerdo establece un contenido menor al propuesto por Estados Unidos y superior al que estaba en el TLCAN.

Canadá no cedió en la cancelación de los mecanismos establecidos para la solución de controversias.

Donald Trump no eliminó los impuestos unilaterales que decretó desde mayo de 2018 sobre la importación del acero y aluminio, insumos fundamentales para la industria automotriz.

Entre los aspectos más negativos del nuevo acuerdo están la propiedad intelectual que impedirán el desarrollo de genéricos en la industria farmaceútica y la incorporación de México y Canadá, fundamentalmente de México, a la guerra comercial de Estados Unidos contra China, contra el mundo, ya que se estableció la prohibición de negociar acuerdos con “economías que no son de libre mercado”.

Y, por supuesto, el acuerdo no trató el tema migratorio, de la libre circulación de la fuerza de trabajo.

En síntesis, el nuevo acuerdo, llámese como se llame en español, profundizó el neocolonialismo imperialista estadounidenses sobre nuestro país.

Frente a este nefasto y lesivo acuerdo es urgente impulsar una política nacional de desarrollo y fortalecer la conciencia y la unidad de los trabajadores y del pueblo frente a la ofensiva imperialista.

P.- Lo más grave de todo esto, aparte de las imposiciones para apropiarse del producto del trabajo ajeno, la explotación de la mano de obra, es esto de que todo se haga en lo oscuro, sin consultar a la ciudadaní. Me llamó más la atención, porque cuando fue electo presidente Andrés Manuel López Obrador, en las semanas posteriores dijo que le interesaba mucho firmar el Tratado de Libre Comercio, y envió una iniciativa de él al presidente de Estados Unidos, pero tambien dijo que se mantendría en secreto y eso me preocupa, que se siga con la tendencia de entregar al país y de someter a los trabajadores sin consultar a nadie?

R. Eso no esta bien y debemos denunciarlo una y otra vez. Y en el mismo tratado que se firmó en el que hubo participaciónd el nuevo gobierno, está mal. Por un lado en este país, en este capitalismo tan avanzado, en esta sumisión con el imperialismo norteamericano, era muy difícil no negociar este tratado, pero no fue bueno en esos términos.

Hubiéramos por lo menos logrado algo de beneficio para el país, pero es peor esta versión que la primera versión, es más lesiva, para los trabajadores, para los intereses nacionales. Otro de los elementos negativos -ya circuló la versión en inglés, pero no en español, es el elemento de la propiedad intelectual que ser refiere a las medicinas, a la vida, que en lugar de hacer que el conocimiento sea social, público y gratuito, es darle mayor extensión a las patentes para hacer negocio.

P. Sí al rato van a patentar la manzanilla y nos van a cobrar por cosecharla del campo.

R.- Sí, ya patentaron el maíz, por ejemplo...

P. Y el nuevo tratado dice que no se pueden derogar las reformas laborales, que han sido lesivas para los trabajadores.

R.- Cada uno de los puntos del tratado son lesivos para los trabajadores y para el país. Tenemos que ponernos de acuerdo con los especialistas para luchar por la derogación de la reforma laboral que es tan nefasta.

 
 

 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 

Año 13. No. 668. del 14 al 20 de octubre 2018
Premio de Comunicación Alternativa