Portal Semanario
Año 15. No. 769.del 19 al 25 octubre 2020
Premio de Comunicación Alternativa

 

Autoridades de la Secretaría de Cultura culpan a hacienda por la omisión

TRABAJADORES DE BELLAS ARTES EXIGEN SU PAGO DE PRESTACIONES LABORALES

*Aprovechan el confinamiento por COVID-19 para evadir obligaciones patronales.

 

Por Carlos Guillén Soriano,

Integrante del Sindicato Único de Trabajadores de la Industria Nuclear

y colaborador voluntario de Frecuencia Laboral,

Publicación Original del Portal www.frecuencialaboral.com

 

El miércoles 14 de octubre de 2020 un numeroso grupo de trabajadores del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), afiliado al Sindicato Nacional Independiente de Trabajadores del INBAL se manifestó frente a la Secretaría de Gobernación, en demanda del pago de prestaciones que desde hace meses les adeuda la institución en la cual prestan sus servicios.

Previamente se manifestaron en Paseo de la Reforma, vialidad que cerraron en su cruce con Avenida Juárez, hasta donde llegaron funcionarios de la Secretaría de Gobernación con quienes entablaron pláticas, en vista de que hasta ahora las negociaciones con las autoridades de Bellas Artes y de la Secretaría de Cultura, no han dado resultados.

No se trata de un problema nuevo. Desde el paso de los institutos nacionales de Bellas Artes y Literatura (INBAL) y de Antropología e Historia, de la Secretaría de Educación Pública a la nueva Secretaría de Cultura, se han presentado múltiples problemas con el pago de las prestaciones que los trabajadores han logrado a lo largo de años de lucha.

Año con año el incremento salarial al personal se otorga con vigencia a partir de febrero y se paga regularmente en mayo. En esta ocasión, no obstante que fue hasta fines de marzo cuando se declaró la emergencia sanitaria, lo que habría permitido hacer el pago a tiempo, se hizo hasta septiembre.

A pesar de que desde antes del cambio se dijo que no se afectarían los derechos de los trabajadores, la realidad ha sido otra. Uno de los argumentos principales de las administraciones de los institutos ha sido que no se reconocen las prestaciones por parte de las autoridades hacendarias y por lo tanto, no aprueban los recursos para su pago.

Con el cambio de gobierno federal, los trabajadores y sus organizaciones esperaban un cambio y que los problemas se acabaran, lo cual no ha ocurrido.

A partir de la nueva administración en el INBAL, con el Lic. Pedro Fuentes Burgos al frente de la Subdirección General de Administración, la forma en la que se habían pagado históricamente las prestaciones sufrió una variación, denuncia el sindicato.

Se les explicó que el Órgano Interno de Control del INBAL realizó una auditoría a la subdirección de prestaciones, misma que arrojó supuestas irregularidades en los procesos para el pago de las mismas y que incluso había algunas de ellas no estaban "depositadas en Hacienda" las cuales, según la propia Secretaría de Hacienda, no debieron de haber sido pagadas.

Con la declaración de la pandemia por Covid-19 los problemas se agravaron. Ausente el personal de sus centros de trabajo, una de las consecuencias fue que las autoridades retrasaran el pago de prestaciones. Durante ya más de medio año de confinamiento, los retrasos en pagos y prestaciones han sido constantes sin que exista un compromiso real, por parte de las autoridades del INBAL, para resolver esta problemática.

El confinamiento motivó la cancelación de algunas actividades pactadas entre el INBAL y sus trabajadores, lo que representó un ahorro para la institución. No obstante, como en los años anteriores, los pagos se estaban realizando. Sin embargo, una prestación que normalmente se entrega en especie en julio, consistente en útiles escolares para los hijos de los trabajadores, no se entregó en esta ocasión debido, según explicó la administración, a que no fue posible hacer la licitación para la compra del material requerido.

Los trabajadores propusieron que a partir de una cotización se pagara en efectivo. Pasó julio, llegó octubre y ni en especie ni en efectivo han recibido la prestación pactada. Esto es especialmente grave en las condiciones actuales en que no solo se requieren los útiles escolares que siempre se han usado, sino que se requiere del uso de dispositivos electrónicos como computadoras para tomar clases, lo que representa un gasto adicional para las familias, multiplicado por tantos hijos como tengan.

Un aspecto que no se puede omitir es que se trata de un sector en el que se han multiplicado las organizaciones sindicales, lo que dificulta aún más la acción de los trabajadores, lo que siempre han usado a su favor las autoridades institucionales.

Aprovechando las dificultades impuestas por el confinamiento, se pretende condicionar el pago de prestaciones a que los trabajadores avalen el registro del apartado económico ante las instancias reguladoras del gasto, en los términos en que lo redactó la autoridad del instituto. Esto muestra que no es un problema de recursos, sino de imposición de condiciones unilaterales a los trabajadores con el pretexto de la pandemia.

guillen.s.carlos@gmail.com

 

 

 

 
   
 
 

 

 
 
 
 
 
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