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Año 15. No.779. del 26 dic. 2020 al 02 ene 2021
Premio de Comunicación Alternativa

 

DE VIVA VOZ

ESTUDIANTES ENTRAN EN APATÍA Y DEPRESIÓN CON LAS CLASES VIRTUALES Y EL "#QuédateEnCasa"

*Muchos toman clases en pijama y desde la cama...

*Por la falta de socialización, algunos ya no se ven obligados a bañarse y arreglarse

*Muchos están sufriendo por el desempleo de sus padres y por el suyo propio

Mi nombre es Abigail López González, soy estudiante de la de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), plantel Huehuetoca, de la Licenciatura en Actuaría.

La diferencia de la rutina antes de que empezara la cuarentena por el COVID-19 y ahora, es grande, en nada es lo mismo. Antes nos levantábamos temprano. Hoy nos ha afectado hasta en la higiene personal, desde tomar una ducha y arreglarse para salir, ahora muchos tomamos las clases en pijama o incluso lo hacemos en la cama.

No nos queremos levantar porque hay muchos profesores y, muchas instituciones, que ya no nos hacen prender la cámara, dan las clases sin que estemos presentes. Empieza a crecer la apatía, se va generando poco a poco y ya no queremos movernos de nuestra comodidad, ya no nos interesa tanto aprender ya no entregamos trabajos.

Ahora empezamos a decir “no creo que nos reprueben”. Estudiar a distancia, otro problema que nos ha traído es que nosotros somos personas sociables y con el encierro caemos en depresión. Ahora dejamos de socializar.

Antes con la familia salíamos uno o dos días a la semana a comer, a convivir. Ahora con lo de la pandemia ya no se puede hacer y, pues, eso nos trae depresión. Ahora ya no salimos ni con nuestros compañeros ni con nuestros familiares ni con otras personas y tenemos incertidumbre de ¿Qué pasará con nuestros familiares?

Hemos llegado a pensar ¿Esto será verdad esto será tan grave como lo dicen?

Con el desempleo debido a lo que está pasando, creo que los estudiantes tenemos que pensar qué va a pasar con nuestro país, qué va a pasar con la economía.

Mis papás son docentes, uno es de escuela particular y otro es de gobierno. Está afectando la situación de las medidas contra la pandemia, porque en la escuela particular no están pagando el sueldo completo. Tengo compañeros que sus papás ahora son desempleados y muchos negocios están cerrando.

Las escuelas particulares están cerrando y me ha tocado ver que ahora no se cubren todos los sueldos y que los hacen trabajar más y eso no es justo.

Los jóvenes debemos interesarnos en eso. No es culpa de los profesores, yo no tengo ninguna queja en contra de ellos, porque ellos están esforzando, están haciendo lo que pueden con esta nueva modalidad de “aprende en casa”, pero el aprendizaje no es el mismo.

Claramente vemos los estudiantes que el aprendizaje no es completo, no está bien y creo que los estudiantes deberíamos de conscientizarnos y solicitar y pedir que se abran las escuelas para volver a clases presenciales.

También está la incertidumbre sobre qué pasará con nuestros familiares y luego sobre las distintas opiniones de la enfermedad.

Yo pienso ¿Por qué no ataca a todos y por qué hay personas que están saludables, otras que mueren y otras no qué pasa, por qué es eso? Y lo que veo es que los enfermos que ya estaban antes, es a los que está matando, porque no hubo consciencia desde hace mucho, desde antes del COVID-19, no se hubo consciencia para atenderse y no llegar a tener esas enfermedades.

Yo pienso que esto es un pretexto para someternos para callarnos para no dejar que nosotros opinemos.

Otro problema que tenemos es el económico. Lo bueno que mis papás todavía tienen empleo. A uno no le pagan completo, pero tienen empleo, pero yo tuve que buscar trabajo, hasta tomé un curso para poner uñas y he buscado trabajo en locales, pero está muy difícil. Antes era difícil, ahora es más.

No es justo que siga creciendo el desempleo, que este encerrando fuentes de trabajo y no es justo que sigan diciendo que esto va a seguir y no nos dan explicaciones bien de lo que está pasando, no nos están informando lo que está pasando, no nos informan tal como debe de ser.

Antes trabajaba en un negocio de carnitas y yo era mesera. Con estas medidas que tomaron, nos corrieron. Nos dijeron que era un descanso sin pagar salario, sin indemnización ni nada. No teníamos contrato ni teníamos seguro social. Me pagaban mil 200 pesos  a la semana y eso me ayudaba para mis gastos, pero ahora ya no encuentro trabajo .

 

 

 
   
 
 

 

 

 

 

 
 
 
 
 
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