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Año 15. No.803. del 13 al 19 junio 2021
Premio de Comunicación Alternativa

 

Afecta más a la niñez indígena mexicana migrante dentro del país

EL TRABAJO INFANTIL AUMENTÓ CON LAS MEDIDAS ANTICOVID

*Sufren sobreexplotación, discriminación, abusos…y las autoridades ni se enteran.

*En la zona de la montaña de Guerrero, el 10% de quienes salen a trabajar son menores.

*También son los más marginados en la educación en línea o por TV por falta de tecnología.

 

Participación de Abel Barrera Hernández,

Director del Centro de Derechos Humanos de la Montaña,

Tlachinollan y asesor académico de la Universidad Pedagógica Nacional en Tlapa, Guerrero,

programa del sábado 12 de junio 2021,

Transcripción de Carlos Guillén Soriano, en colaboración voluntaria,

Publicación Original del Portal www.frecuencialaboral.com

"El 12 de junio es el Día mundial contra el trabajo infantil,  creado desde 2002 por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para llamar la atención sobre la magnitud global del trabajo infantil, hay que insistir en que, a pesar de los discursos que se acostumbran en estas fechas, es aún una realidad que lastima a toda la sociedad, tanto en las ciudades como en el campo, sobre todo en las regiones indígenas, como la montaña de Guerrero.

El trabajo infantil de niños y niñas se ha transformado en un trabajo que forma parte de la sobrevivencia de las familias indígenas que padecen esta exclusión social, esta explotación económica. Estamos hablando de niños y niñas que han nacido en piso de tierra, han crecido sobre el lodo y han tenido que migrar con sus padres y madres para trabajar como jornaleros y jornaleras agrícolas. Es un fenómeno creciente.

Este año que pasó de la pandemia y de lo que todavía hay secuelas en este 2021 creció el número de niños y niñas que trabajan en el campo. Sabemos que se ha dado ya una prohibición del trabajo infantil, pero es algo que prevalece tanto en la ciudad en los sectores marginales, como en el campo.

Como Centro de Derechos Humanos de la Montaña estamos acompañando a las familias indígenas desde hace más de veintiséis años. Entre 2020 y 2021 hicimos un registro porque acompañamos a la población jornalera. De 20 mil 46 personas que han salido a trabajar a los campos agrícolas de Sinaloa o de Chihuahua, 8 mil 539 se trata de niños y niñas; incluimos en esto, desde que nacen hasta los diecisiete años. Es decir, es una migración familiar y dentro de esa migración familiar 2 mil 375 niños y niñas tienen de 13 a 17 años. La mayoría de ellos trabajan en jornadas extenuantes en los campos agrícolas.

Hablamos de que ellos están contratados por ganaderos o por personas rancheras, que se habla allá en la región de Sinaloa y Chihuahua, que no están registrados en la Secretaría de Trabajo como empresas agrícolas.

Están de manera irregular y es ahí en donde van los niños y las niñas, en donde no hay ningún registro ni control. Por esa razón aceptan su contratación y pues obviamente que es una sobreexplotación que se hace sobre ellos y ellas, considerando que son indígenas. Es decir, hay una discriminación y un abuso, pues hablan otra lengua, no fueron a la escuela y obviamente no conocen sus derechos.

A los patrones no les importa que sean menores porque lo que quieren es que haya trabajo infantil porque ese trabajo infantil tiene ciertas habilidades para el corte de ciertos trabajos agrícolas; son más rápidos, avanzan más. Hay a veces hasta grupos de niños y niñas que los contratan precisamente porque saben que pueden rendir mejor en determinados cortes, como el de la uva y otros productos.

Pero lo que más preocupa es la ausencia de las autoridades en estos lugares que no supervisan nada, porque ni siquiera están registradas las empresas ni los patrones, por lo que no ubican dónde se ubican estos campos. Ahí es donde migra esta población indígena. Padres, madres, niños, niñas, son víctimas de vejaciones , de abusos, de discriminación, de maltratos, que nosotros mismos hemos documentado y que, sin embargo, no encontramos una autoridad competente que se encargue de proteger a la niñez indígena en nuestro país.

•  Frecuencia Laboral : Entonces, podemos decir que en el Día Mundial Contra el Trabajo Infantil en México continúa la explotación de la fuerza de los niños, de los jóvenes que deberían de estar en las escuelas. Hay una herramienta importante que es el Tratado México-Estados Unidos-Canadá. Recién ha estado acá la vicepresidenta de Estados Unidos y creo que sí es un tema para poderlo llevar a un panel de controversia internacional, porque eso es doping frente a los socios comerciales.

Creo que es un tema que tiene que estar en la agenda binacional o trinacional, porque lo fundamental es cómo garantizar que la niñez indígena pueda más bien estudiar, tener escuela. Esto es consecuencia de la desigualdad social, de la exclusión que se vive secularmente por parte de la población indígena.

Y la verdad, siendo la migración jornalera, es precisamente por ese abandono, que cierran sus casas alrededor de seis meses y aunque de momento no hay escuelas por la pandemia -aunque nunca han sido suficientes- ahora hay menos posibilidad de que ellos accedan a la educación, porque no tienen manera de tener algún aparato electrónico. En lugar de ello, se van mejor a esos campos como un segundo hogar, pero un segundo hogar que les exprime, tanto físicamente como en su misma dignidad.

Creo que es un tema que tiene que estar en la agenda, sobre todo de los gobiernos que dicen proteger los derechos de la niñez. Cómo, si no hay forma de que se evite esta migración, debe garantizarse que allá en esos lugares, en los campos agrícolas, haya albergues, escuelas, centros de recreación para los niños y niñas; porque lo común que hacen los padres es que, sobre todo a los más pequeños, tienen que llevarlos al campo y es ahí en el surco es donde pasan su niñez. Es decir, que la niña mayor cuida a sus hermanos menores ahí sobre el sol o bajo un pequeño árbol si lo hubiera.

A veces se dan accidentes, las máquinas que van trabajando, van recolectando, a veces se da que atropellan a los niños y mueren. Tenemos varios accidentes que se han suscitado precisamente porque no hay un compromiso real, concreto, preciso. No hay una documentación clara de qué está pasando con la niñez indígena en los campos agrícolas. Sobre todo, en lugares donde también ya se dan estos tratados que debieran tener ante todo un cuidado sobre lo que es el trabajador, los trabajadores agrícolas, pero también en cómo proteger a sus hijos, a sus hijas.

Yo creo que este es un descuido que se ha normalizado y que hemos visto a los jornaleros agrícolas -como se conocen- que son más de dos millones en el país, deambular en las ciudades, sin encontrar un lugar digno ni en las comunidades agrícolas ni en sus mismas comunidades, por esa discriminación estructural que vivimos en nuestro país.

 

 
   
 
 

 

 

 

 
 
 
 
 
Año 15. No.803. del 13 al 19 junio 2021
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