Portal Semanario

Año 15. No.812. del 15 al 22 agosto 2021
Premio de Comunicación Alternativa

 

PROHIBIDO OLVIDAR

Publicación Original del Portal www.frecuencialaboral.com

 

 

Víctor Rico Galán. Un rojo desde niño

UNA HISTORIA NO CONTADA

 

 

Por Carlos Guillén Soriano,

Integrante del Sindicato Único de Trabajadores de la Industria Nuclear

y colaborador voluntario de Frecuencia Laboral,

Publicación Original del Portal www.frecuencialaboral.com

La clase social capaz de dirigir hacia su transformación social es la obrera y para lograrlo requiere contar con un partido de cuadros que sea capaz de organizar a los trabajadores de vanguardia, con una perspectiva de clase y socialista. Este partido debe tener entre sus características centrales la capacidad de guiar la lucha a partir de un análisis profundo de la realidad, que permita ligar las luchas inmediatas con las de largo plazo. Estos fueron algunos de los planteamientos de Víctor Rico Galán que recordaron los ponentes en un acto denominado Una historia no contada que se realizó en Morelia, Michoacán, el pasado 6 de agosto de 2021.

Ante un público compuesto por dirigentes políticos y sociales michoacanos, se recordaron aspectos de la vida y planteamientos del periodista y dirigente socialista Víctor Rico Galán, quien nació en España y llegó a México a los once años, ya que junto con su familia participó en la guerra civil española en el bando republicano. Tocó en el evento a quien escribe estas líneas, hacer una semblanza de Rico Galán.

Hijo de un dirigente socialista al servicio de la República, Víctor ya desde niño participó en actividades revolucionarias, al servir como correo de la resistencia y ayudar en la distribución de la prensa revolucionaria envolviendo en pliegos de ésta, hogazas de pan.

A los once años, al llegar a Nueva York, primer punto de contacto en América, Víctor dio su primer discurso político presentando la proclama de los refugiados españoles que tenían como destino México, gracias a la solidaridad del presidente Lázaro Cárdenas.

Su padre pronto recibió la nacionalidad mexicana y con ello, también el joven Víctor se convirtió en mexicano. Estudió en la Escuela Nacional de Economía y en la Facultad de Filosofía y Letras, de la Universidad Nacional Autónoma de México, y trabajó en la imprenta universitaria. También apoyó a su padre con investigaciones históricas para la elaboración del texto Hacia un concepto de la conquista de México . Incursionó en la docencia como profesor de literatura española y en el periodismo. Escribió en las revistas: Sucesos para todos , Política y Siempre!

Al triunfo de la Revolución Cubana viajó en diversas ocasiones a la isla donde desarrolló una estrecha relación con la dirección cubana, lo que le valió un riguroso seguimiento por parte de la policía política mexicana, la Dirección Federal de Seguridad, ya que para el gobierno era un personaje “peligroso“.

Convencido de que el análisis en la prensa no era suficiente, sino que la palabra debía acompañarse con la acción, participó tanto en la formación del Movimiento de Liberación Nacional como en el Movimiento Revolucionario del Pueblo, organización ésta que buscaba la formación política y aún militar de sus integrantes. El seguimiento policial y las delaciones hicieron que más de un centenar y medio de integrantes del MRP fueran encarcelados. Las acusaciones a Víctor fueron incitación a la rebelión, conspiración y acopio de armas.

En la cárcel continuó su actividad política con la integración de círculos de estudio y la creación del Frente Socialista desde el cual se impulsó la organización revolucionaria de la clase obrera con ideas como las señaladas al inicio de esta nota. Ya libre, inicia la publicación del periódico obrero La Unidad . Falleció el 11 de enero de 1974.

En el acto se leyó el texto Víctor Rico Galán, Un extraordinario militante revolucionario enviado por Ruxi Mendieta. En éste se destaca la solidaridad de Víctor que siempre estuvo a flor de piel. En cualquier momento mostraba su amplia disponibilidad para ayudar, o para orientar a sus compañeros de la cárcel. Extendía la mano, no sólo a sus cómplices de ideología y de sueños, sino con cualquier compañero que, por alguna razón, tuviera contacto con él.

Señala el documento la capacidad de análisis y la congruencia en la forma de exponer y en la forma de concluir sus artículos y sus investigaciones periodísticas. En uno de sus textos, escrito en la cárcel de Lecumberri, el 23 de noviembre de 1971 -recordó Ruxi- nos dice Víctor… “Porque el PRI, puede declarar. Pero nosotros tenemos que construir, que crear, que hacer.”

Entre las anécdotas citadas dijo que, a todos los que pasaron por la Crujía “N” como presos políticos, Víctor los convocaba a participar en los círculos de estudio. Propuso esta tarea imprescindible, aprovechando el encierro injusto. La hora de estudiar era un espacio impostergable, puntual y de gran disciplina. Cada quien daba cuenta de sus lecturas, compartían, analizaban y debatían con absoluto compromiso.

El estudio, en el caso de aquellos presos políticos alentados por Víctor, fue sin duda alguna, la gran oportunidad, no sólo para aprender y adentrarse en el marxismo, fue también, un respiro que les sirvió como terapia para sobreponerse a los momentos de terror, como las torturas por órdenes de la policía. Dijo que fue Víctor quien más sufrió de graves lesiones. En una ocasión regresó tan golpeado a la celda, que duró varios días enfermo, pero su voluntad no lo abandonó y siguió adelante. Había mucho que leer y analizar, ya que, saliendo de prisión, tenían que ponerse al día y seguir militando, como si nada hubiera pasado.

Agregó que, en aproximadamente seis años de cárcel, lo ahí vivido, compartido y experimentado fue de gran enseñanza, aprovechada como sólo lo hacen aquellos revolucionarios con un gran espíritu de lucha y una enorme conciencia política y social.

Se dio lectura también al escrito enviado por Carlos González Muñoz, uno de los jóvenes estudiantes que conoció a Rico Galán en la cárcel, donde lo visitó en unas diez ocasiones. Carlos participó en el movimiento estudiantil de 1968, después del cual algunos decidieron seguir la lucha con las armas, pero al mismo tiempo crecía una propuesta que apuntaba hacia las fábricas, hacia los obreros y los barrios donde vivían. Algunos que creían el movimiento estudiantil ya no daba para más, encontraron en las cartas de Víctor Rico una respuesta a sus inquietudes.

Cuenta Carlos que la visita a los presos políticos en Lecumberri le permitió comprobar la existencia de quienes habían motivado la consigna de ¡presos políticos libertad! que cientos de miles coreaba en las calles en el 68. Vio que los presos políticos habían construido en la cárcel un espacio de libertad en cada rincón de la crujía, donde compartían comida, libros e ideas. Ahí nació el núcleo fundador que trabajaría por la organización revolucionaria de la clase obrera.

Agregó que aprendió de Víctor no sólo la teoría sino el valor que daba a la unidad de la clase obrera en la conformación de la conciencia de clase y su insistencia en que la emancipación de la clase obrera tenía que ser obra de ella misma. Comprendió que no podía seguir siendo estudiante y a la vez combatiente por el socialismo, solamente los fines de semana, por lo que dejó la escuela y se incorporó como obrero a la lucha en el sector minero metalúrgico.

En su turno, Agustín Ortiz dijo que la principal enseñanza de Víctor Rico Galán fue que lo más importante que debe tener un militante es hacer el análisis político del momento. Éste no debe confundirse con los deseos de cada quien ni ser distorsionado con prejuicios personales. Debe estar fundamentado; en lo más básico, debe partir de una nueva concepción del mundo, la concepción materialista de la historia, desarrollada por Marx.

Señaló que es el ser social lo que determina, pues actuamos no según nuestra conciencia, sino que es la sociedad la que nos determina. Esta concepción determinó cómo la historia de la humanidad llegó a una determinada forma de producción que tiene como clases fundamentales, la que es dueña de los medios de producción y quienes los trabajan.

Se refirió al papel de la clase obrera en la sociedad e insistió en que lo que define el carácter del proletario como sujeto revolucionario no son sus ingresos o por ser mayoría o no, sino su papel ante la producción. Un proletario no puede plantearse parcelar la fábrica para beneficio personal, sino expropiarla para beneficio colectivo.

Señaló que otras clases como los campesinos pueden dividir un latifundio, pero para hacer producir la tierra requieren maquinaria, riego, fertilizantes. Es decir, deben recurrir a la producción industrial que es realizada por los proletarios. Su papel es muy importante pero no fundamental.

No obstante, dijo que el trabajo diario del proletario es enajenado y peligroso; no es consciente, entre otras razones, porque los patrones imponen su forma de pensar para evitar que trabajadores desarrollen su pensamiento.

Destacó la necesidad del análisis del contexto histórico. Dijo que el movimiento estudiantil de 1968 fue muy importante y de ahí surgieron muchos luchadores. Algunos, tomaron las armas, pero también hubo otros que optaron por la organización obrera. En ésta hubo golpes y represión, pero Víctor Rico enseñó que eso no debe llevar a abandonar la lucha o a la desmoralización, pues se trata de procesos históricos que no son determinados por los individuos, sino por la lucha de las masas.

Otro planteamiento de Rico galán fue acerca de qué era el PRI, al que siempre se criticó, pero no siempre se analizaba. Este organismo no surgió de la nada, sino que fue resultado de un proceso social fundamental que fue la Revolución Mexicana que, entre otras cosas, disolvió el ejército de clase, creando una situación distinta a la del resto de América Latina. Víctor analizó esto en textos como el Primero de mayo y el bonapartismo en México.

Mencionó los cambios en décadas recientes en el PRI, el surgimiento de la corriente democrática, el desplazamiento de las corrientes históricas que eran la Confederación de Trabajadores de México, la Confederación Nacional Campesina y la de Organizaciones Populares y cómo el PRI devino en un organismo más parecido al PAN que a lo que fueron sus orígenes.

Enfatizó en la obligación de ser rigurosos en el análisis, haciéndolo con datos duros y evitar confundir la realidad con los deseos propios. Con el contexto histórico y el análisis de la coyuntura, estudiar la realidad concreta.

A continuación, se dio la intervención de Silvia Bazúa, quien recordó la respuesta de las comunidades indígenas michoacanas a los llamados de Cuauhtémoc Cárdenas en 1988, señalando que ya Rico Galán había previsto el papel del cardenismo. En su escrito póstumo, señaló que el cardenismo era una realidad viva; que no era volver atrás sino dar modelo para avanzar; tomar referencia del pasado para ir al futuro.

Dijo que hay una conciencia larvada que no se manifiesta sino en determinadas condiciones y que ha sido revelador cómo los michoacanos han sido protagonistas de la historia, por ejemplo, cuando por acuerdo de comunidades se votó por Cárdenas.

Mencionó cómo en la memoria de indígenas michoacanos había permanecido la electrificación rural en Michoacán por los electricistas que después integrarían la Tendencia Democrática, lo que los llevó a apoyarla.

Sobre la lucha de los electricistas, destacó su programa, la Declaración de Guadalajara, que retomó enseñanzas de Rico Galán y es plenamente vigente en muchos aspectos, entre los que mencionó los puntos de democracia e independencia sindical , la reorganización democrática del movimiento obrero , la sindicalización de todos los asalariados, aumento general y escala móvil de salarios y la defensa, ampliación y perfeccionamiento de la seguridad social .

Dijo que se trató de un programa nacionalista que dio base a las luchas obreras de setentas.

Terminó señalando que lo que se debe hacer es avanzar de manera organizada hacia una sociedad sin explotados ni explotadores, ni oprimidos y opresores, en la que todos puedan caminar con la frente en alto con la misma dignidad.

Finalmente, Francisco Zamudio, organizador del acto, narró su experiencia como obrero de la Siderúrgica Lázaro Cárdenas-Las Truchas (Sicartsa). Cómo siendo obrero sin interés alguno en la política y sin formación, conoció a jóvenes de origen universitario que habían dejado las escuelas para apostar por la organización obrera.

Sobre su experiencia, dijo que inició como delegado sindical siendo ya integrante de círculos socialistas, los cuales había en casi todas las áreas de Sicartsa. En estos círculos estudiaban marxismo y las luchas sociales en América Latina y en Europa, porque sin tener formación académica, los obreros tenían intuición social.

Las condiciones de vida y trabajo en la planta, implicaban un constante deterioro de la salud de los obreros por la contaminación por acero con polvos, ruido y calor excesivos, lo que llevó a los jóvenes metalúrgicos a la primera huelga en la cual participó, que tuvo una duración de 6 días, sin experiencia, sin fondo de resistencia, sin nadie que los apoyara, pero con la organización desarrollada con las ideas de Rico Galán.

Este trabajo de organización llevó a la formación de una corriente sindical abierta, que tomó la denominación de Democracia Proletaria para defender la democracia obrera para defender la autonomía obrera y defender las libertades sindicales y para brindar solidaridad. Trabajó no solo por la unidad de los obreros de Sicartsa, sino por la de estos con los de otras plantas, por lo que desarrollaron vínculos con los obreros de Monterrey, Monclova, Ecatepec, lo que los puso en la mira de la dirección nacional del sindicato minero, la que procedió a sancionarlos, con hasta tres años sin derechos sindicales, los que los dejó indefensos ante la empresa que podía despedirlos sin problema.

A nivel nacional, se acordó en 1982 participar en la lucha electoral, a la cual se sumó Democracia Proletaria ampliando su acción a otros sectores, combinando la lucha obrera con la electoral y popular.

Así, se recordó una historia que solo los protagonistas conocían y que es una pequeña contribución ante algunas de las principales debilidades de los trabajadores mexicanos en su lucha para lograr mejores condiciones de vida y de trabajo, que son la falta de memoria y la ausencia de formación política, lo que lleva a que muchas luchas tengan que partir de cero y no aprovechen experiencias previas cuyo conocimiento les permitiría aspirar a mejores resultados.

guillen.s.carlos@gmail.com

 

 
   
 
 

 

 

 

 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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